"Los sabios heredarán honra, más los necios llevarán ignominia"

(Proverbios 3:35)

domingo, 12 de febrero de 2012

El Forastero (Parte 2, final)

Se dan la mano, el FORASTERO agarra su mochila, se guarda el arma en la cintura, abre la puerta de la cabina y le deja los billetes en la guantera abierta.

Detrás del mostrador del motel, hay un pequeño sujeto, petiso, calvo con la piel muy castigada por el sol, de anchos bigotes, de unos 50 años, con un escarbadientes en la boca.

FORASTERO

¿Usted es el dueño del hotel?

SAM

Así es, SAM para servirlo.

FORASTERO

Quiero una habitación.

SAM

Ya lo llevo, aguarde que busco las llaves de su habitación, mientras firme el acta.

La habitación es pequeña pero muy cómoda, con una cama de dos plazas, televisor, pero todo estaba forrado de color rojo, las paredes, las sillas, la alfombra, todo de rojo.

FORASTERO

Es perfecta, ¿podría despertarme en unas 4 horas?, quiero descansar antes de seguir mi viaje.

SAM

Sin ningún problema señor.

Cuando SAM se retira de la habitación, el FORASTERO deja su mochila en las patas de la cama, se acuesta, enciende el televisor, se queda mirando a un predicador que predicaba con lenguaje de signos para sordomudos, el cansancio lo vence, se queda dormido.

SAM apunta al FORASTERO con su escopeta Remington, le toca el hombro y este se despierta sobresaltado, hasta que ve a SAM, entonces levanta sus manos.

SAM

Tranquilo, solo quiero su dinero.

FORASTERO

¿Y quien le dijo que traigo dinero?

SAM

No se haga conmigo, tiene cara de que escapa de alguien.

FORASTERO

Así es, pero eso no quiere decir que escapo con dinero.

SAM

Ya veremos, déme su billetera.

El FORASTERO del bolsillo trasero de su pantalón saca la billetera, se la arroja, SAM la abre, solo hay unos pocos dólares.

SAM

¿Acaso es una broma? ¿Solo viajas con estos dólares?

FORASTERO

Es que mi tía solía decirme “que nunca saliera de casa sin la billetera por si me mataban y había que reconocer el cadáver”

SAM

Muy sabio consejo, ahora voy a ver tu mochila, ahí seguro esta el premio gordo.

SAM se agacha sobre la mochila, descuida por un segundo al FORASTERO que aprovecha la distracción, saca el revolver de la cintura y dispara. Un disparo certero en la frente de SAM, cayó sobre la alfombra agregando otra capa de rojo con su sangre. El FORASTERO recoge sus pertenencias, sale de la habitación, se dirige al otro lado del mostrador, abre la caja saca el cambio y se lo guarda en el bolsillo, levanta la tapa de seguridad de la caja, saca todos los billetes de 100 cien dólares que hay, abre la mochila, esta llena de paquetes de polvo blanco cubiertos por cinta de embalar marrón, en un pequeño bolsillo deja el dinero y sale del motel. Comienza a caminar bajo el sol ardiente del desierto. Pregunta a unas personas donde hay una gasolinera y se dirige allí. Sentado en la barra esta el CAMIONERO que lo había traído, cuando lo ve al FORASTERO deja su hamburguesa y se dirige a su encuentro.

CAMIONERO

¿Qué paso mi amigo?

FORASTERO

Nada, no me pareció agradable el lugar y vine a buscarlo, por si no le molesta de continuar con usted el viaje, después de una cerveza claro.

CAMIONERO

Pero como me va a molestar, sin ningún problema. En unos días cruzamos por El Paso y de ahí usted decide.

FORASTERO

Me parece fantástico, deje que esta ronda invito yo.

Los dos destapan una cerveza, brindan y se quedan bebiendo.

1 comentario:

Nicolás Lasaïgues dijo...

Aunque sea no parece un mal tipo el forastero. Digo... se hizo amigo del camionero :)