"Los sabios heredarán honra, más los necios llevarán ignominia"

(Proverbios 3:35)

martes, 31 de marzo de 2015

El Diablo sabe por Diablo... pero más sabe por viejo - Parte 3

De repente apareció una mesera, muy joven, que sin ser sensual era muy atractiva, y esbozaba una sonrisa carismática.
-         ¿Se va a servir algo el señor? – Preguntó la simpática mesera a Martín González.

-         Ehhmm… no sé. – La pregunta pareció agarrarlo por sorpresa a Martín.
-         Vamos hombre, es una simple pregunta. Siempre tiene que estar atento y con la guardia en alto. -  Recomendó esbozando una sonrisa Satanovski.
-         Ehmm, si, un café.
-         No, no. – Se apuró en interferir Satanovski – Que mi amigo se tome mi café, que está intacto, ni lo toque. Sin embargo a mi tráigame una copa de J&B Reserve, por favor. No sé cuánto tiempo me quede – Le guiñó un ojo a González – Tranquila, tomate tu tiempo hermosa.
-         Ya le traigo.
Se retiró sonriente, la simpática mesera. Mientras Satanovski le acercó el café a González, este estaba metiendo la mano en el mango de la pistola que tenía guardada en la cintura.
-         Tome tranquilo Martín González. Al menos concédale la última voluntad a este pobre viejo.

-         Voluntad concedida Satanovski – Prácticamente vació la taza de café de un sorbo – Disfrútelo.

-         Usted también Martín González – Dijo diabólicamente mientras lo miró como se tomaba la taza de café y la dejaba sobre la mesa.

-         Después de que se tome su copa Satanovski, dígale “Adiós” a la vida – Exclamó casi balbuceando González, con cierto malestar y mareo.

-         Sepa usted Martín González, que sus ayudantes y usted son unos completos inútiles. Seguramente ninguno le informó que me vieron sirviendo de mi petaca de plata dentro de la taza de café. Deben haber pensado que soy un adicto alcohólico – Mientras Satanovski le seguía hablando, González estaba más mareado y realizó algunas arcadas – Ni se debieron imaginar que lo llevo en la petaca es una dosis potenciada de cicuta. Y que la tengo en caso de ser secuestrado, para tomármela y morir al instante. Nunca pensé que iba a toparme con aficionados. Dígale “Adiós” a la vida, Martín González.


Cuando la mesera llegó con la copa solicitada por Satanovski, lo único que encontró al llegar a la mesa fue a Martín González muerto. Luego se supo que fue envenenado. A Satanovski jamás lo volvió a ver, aunque lo recordó por varios días, insultándolo, ya que el trago de J&B Reserve es carísimo y se lo descontaron a ella. Lo peor fue que arrestaron a la encargada, por haber puesto veneno en el café del cliente.

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