"Los sabios heredarán honra, más los necios llevarán ignominia"

(Proverbios 3:35)

miércoles, 31 de julio de 2013

Del Odio Nace el Amor

Fabián era un operario de fábrica, que por varios conflictos familiares con su ex mujer, se había ido a vivir solo, a un pequeño y simple departamento, en un complejo humilde de unos ocho departamentos distribuidos en dos pisos.

Tenía constantes presiones de su ex mujer para que le pase dinero y más dinero, pensando que él pertenecía a una familia real y no a una fábrica de plásticos. Pero el amor incondicional que tenía Fabián hacía su hija, lo impulsaba a trabajar largas jornadas de hasta doce horas por día.

Así que entre el mal humor que acumulaba por las discusiones telefónicas que tenía con su ex mujer y todas las horas de trabajo estresante, lo que más añora Fabián es llegar a su casa y tirarse a dormir, por más que explote la 3° Guerra Mundial, ducharse y dormir era lo que lo tranquilizaba.

Aunque había tardes, que luego de una relajante ducha, al acostarse, era testigo auditivo de las peleas conyugales de los vecinos del departamento de arriba del suyo, y Fabián se irritaba de tener que oír obligadamente semejantes discusiones.

Se había encontrado un par de veces con sus vecinos conflictivos y le parecieron por demás irritante. Más el marido, que ni siquiera era capaz de fingir un saludo, por lo menos, cuando se cruzaban en la entrada o en el estacionamiento.

Hubo una tarde que Fabián regresó de su trabajo con los parpados que se le cerraban, y el cuerpo le pesaba como si estuviera arrastrando un yunque y lo único que quería era descansar. Se pegó una ducha refrescante y solamente vestido con su bóxer, se tiró a la cama con la esperanza de dormir.

Cuando se estaba dejando llevar por la magia de Morfeo, el irritante sonido del celular lo despertó. Tiró varios manotazos hasta que encontró el celular, y se lamentó haber atendido sin haberse fijado quien llamaba.

-         Mmmmmla… ¿Quién?... mmmsi ¿Qué querés ahora? – Fabián se despertó del todo cuando escuchó lo que le decía su ex – la plata que te paso es que a la nena no le falte nada, no es para vos, si querés plata, trabaja. Y ahora déjame descansar.

Cortó la llamada y se quedó un instante mirando el techo de su dormitorio, cuando comenzó otra riña conyugal de sus vecinos y se lamentó por ellos, ya que toda la bronca que tenía acumulada la pensaba desahogarse con la conflictiva pareja. Mientras se vestía, escuchó un portazo que venía del departamento de arriba, los insultos del marido hasta que llegó al auto, lo arranco y se fue. Ahora sí, ya vestido fue y se paró frente a la puerta del departamento, y sin saber bien porque pero su corazón le latía con fuerza. Golpeó con sus nudillos en la puerta, y se estaba preparando para decirle de todo a su vecina, cuando la puerta se abrió, ella estaba llorando y se tomaba su mejilla, que estaba colorada, sin duda había recibido un golpe.

-         Perdona, pero escuché gritos y vine.

-          Aiii gracias, sos un dulce.

Fue lo que dijo ella y para mayor sorpresa de Fabián, se arrojó a sus brazos llorando. Enseguida se olvidó del repertorio de insultos que había pensado decirle a su vecina con la invitación que ella le proporcionó.

-          Vení, pasa por favor, no te quedes afuera ¿Querés tomar algo?

-         En realidad quería tomar una siesta, pero en este momento, un café nos va a venir bien a los dos.

Pasaron los dos, cuando comenzó a sonar el celular de Fabián, miró de reojo quien llamaba, emitió una leve sonrisa burlona, apagó el celular y cerró la puerta del departamento de su vecina.

3 comentarios:

listo lo dije. dijo...

Mmmmmla… ¿Quién?... mmmsi

TAL CUAL.

y ese final es exactamente esa sensación del que queda del otro lado de la puerta.

Unknown dijo...

Muy bueno!!!
Es todo tuyo lo escrito acá?
Yo tenía un blog hace unos años en donde publicaba lo que escribo, pero después de mucho tiempo, cuando quise volver a entrar me olvidé la contraseña y no pude publicar más nada jaja!
Si querés pasá, es www.aquellaspalabrasperdidas.blogspot.com.ar

Un abrazo, y felicitaciones!

Matias.

Nicolás Lasaïgues dijo...

Fabián no aprende más :P