"Los sabios heredarán honra, más los necios llevarán ignominia"

(Proverbios 3:35)

domingo, 1 de noviembre de 2009

La Jaula

Otra noche más en esta húmeda y comprimida habitación, en la que mi cuerpo reposa hace ya cinco lunas. No tengo contacto alguno con el exterior, solo una pequeña ventana abarrotada, deja que entre algo de libre oxígeno y es la que me avisa cuando es de día y cuando oscurece. Tan solo tengo aquí dentro un colchón todo roñoso y una frazada no más impecable. Hace un instante las personas que se visten iguales y que actúan en forma agresiva, entraron por la pesada y chirriante puerta que se mantiene siempre cerrada, me trajeron lo que ellos llaman cena, aunque el frenético apetito me impulsó hacia la bandeja, para tratar de llenar el vacío de mi estomago, mi idea cambio cuando tome el trozo de pan, intenté darle fuertes mordiscos, pero pensé que mis dientes se rompían, quizás si lo arrojaba contra la pared la tiraría abajo. Con el agua no me fue distinto, ya que pensé que bebía fango y lamentablemente tuve que escupirla, pero en forma silenciosa, porque si las personas que visten iguales ven que tiro la cena, me van a agregar más marcas escarlata sobre todo mi cuerpo. Así que me siento sobre el fino y mugroso colchón que ni siquiera es capaz de frenar la intensidad glacial que proviene del piso en forma dominante, enlazo mis manos, solo me queda orar para que termine mi sufrimiento de una forma u otra.

3 comentarios:

El sueño eterno dijo...

Este relato lo hice para una materia en la facultad, donde debíamos jugar con las emociones en situaciones extremas, me pareció interesante el resultado, por eso lo comparto.

La Garrapata Vegetariana dijo...

Yo te diría que dejes de buscar excusas y limpies tu casa de una buena vez :P

El sueño eterno dijo...

Mi casa esta en perfecto orden, eso revela el tiempo que venís prometiendo que vas a venir a hacer un brainstorming y te haces el otro :P